doi.org/10.15198/seeci.2016.41.136-154
INVESTIGACIÓN

VENTAJAS E INCONVENIENTES DEL USO DE DISPOSITIVOS ELECTRÓNICOS EN EL AULA: PERCEPCIÓN DE LOS ESTUDIANTES DE GRADOS EN COMUNICACIÓN
ADVANTAGES AND DISADVANTAGES OF USING ELECTRONIC DEVICES IN THE CLASSROOM: PERCEPTION OF UNDERGRADUATE STUDENTS IN COMMUNICATION SCIENCES

María Henar Alonso Mosquera1
Juan Enrique Gonzálvez Vallés2
Ángel Bartolomé Muñoz de Luna2

1Directora del Máster en Trade marketing y comercio electrónico de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad CEU San Pablo
2Universidad CEU San Pablo. España

RESUMEN
El uso de dispositivos y recursos electrónicos en el aula forma parte de la actividad diaria en que nos movemos docentes y estudiantes, y que responde a los requerimientos del aprendizaje a lo largo de la vida que propugna el EEES. Así, diversos estudios han profundizado en la importancia de la interacción a través de las redes sociales, o el uso de blogs y otros recursos electrónicos. También se han desarrollado diversas experiencias en relación con el uso de los dispositivos que permiten acceder a dichas tecnologías. La influencia de las Tecnologías de la Comunicación aporta ventajas claras tanto para el proceso formativo de los alumnos como para la labor diaria de sus docentes. Sin embargo, son muchos los riesgos e inconvenientes derivados de dicho uso. En este artículo se propone una investigación inicial para conocer el alcance del uso del ordenador en el aula entre los estudiantes de grados en Comunicación.

PALABRAS CLAVE: ordenador portátil, dispositivo electrónico, EEES, aula, estudiantes universitarios, riesgos, inconvenientes

ABSTRACT
The use of electronic devices and resources in the classroom is part of the daily activity for lecturers and students, and it meets the requirements of the “longlife learning” advocated by the EHEA. Thus, several studies have explored the importance of interaction through social networks, using blogs and other electronic resources. Some lecturers have also conducted various experiences related with the use of those devices that allow access to these technologies. The influence of communication technologies provides clear advantages for both the learning process of students and for the daily work of their teachers. However, there are many risks and disadvantages resulting from such use. This article proposes an initial investigation to determine the extent of computer use in the classroom between students degrees in Communication.

KEY WORDS: laptop, electronic device, EHEA, classroom, undergraduated students, risks, disadvantages

Recibido: 23/09/2016
Aceptado: 02/11/2016
Publicado: 15/11/2016

Correspondendia: María Henar Alonso Mosquera
Henar.marketing@ceu.es
Juan Enrique Gonzálvez Vallés
juanenrique.gonzalvezvalles@ceu.es
Ángel Bartolomé Muñoz de Luna
abartolome@ceu.es

1. INTRODUCCIÓN

En nuestro deseo de conocer más de cerca la realidad respecto a las ventajas de uso de los nuevos medios y códigos de comunicación para acercarnos a los estudiantes con los que diariamente nos desenvolvemos en nuestra actividad docente, y dadas las experiencias previas de investigaciones respecto a los contenidos, decidimos iniciar el estudio investigando las ventajas de los continentes, es decir, los dispositivos electrónicos empleados en el aula. A lo largo del presente artículo realizamos una revisión de estudios previos vinculados al uso de redes sociales y otros recursos electrónicos como medios válidos para la actividad docente y en general, académica, así como a algunas experiencias y estudios respecto del uso de dispositivos electrónicos, todo ello en clara relación con el perfil de estudiante que actualmente se encuentra en la universidad, la llamada Generación Y.

2. OBJETIVOS

A través del presente trabajo se ha tratado de profundizar en la percepción de los alumnos respecto del uso de dispositivos electrónicos en las aulas, con el fin de conocer las motivaciones para el uso de los mismos, y asimismo identificar cuáles son, para ellos, las principales ventajas que les aportan, y los posibles inconvenientes derivados de tal uso.

3. METODOLOGÍA

Para la realización del estudio, acudimos a los estudiantes de grados en Comunicación, y les suministramos una encuesta a través de una plataforma online donde ellos podían reflejar sus opiniones. Consideramos que los estudiantes de Comunicación presentan un perfil especialmente interesante por estar más familiarizados aún con el uso de dichas tecnologías, al resultarles más cercanas a su día a día tanto de ocio como académico. Dicho cuestionario, que se presenta en el apéndice del presente artículo, fue presentado como una iniciativa ajena a los docentes, para no condicionar las respuestas.
El universo tomado es el de los estudiantes que cursaban la asignatura de Comunicación y Marketing, un total de 145, pues permitía acudir a alumnos que la cursan en diversos momentos de su vida académica dependiendo de los grados e idioma elegidos para realizar su carrera, y obtener respuestas de dos perfiles de edad (sin que a posteriori se percibiera un sesgo diferenciador en los resultados obtenidos entre unos y otros): estudiantes entre 18 y 20 años, que se encuentran en la primera mitad del grado, aún no han realizado prácticas en empresa, e incluso pueden no pertenecer a la generación Millennials si nos atenemos a la definición de tal generación que proponen algunas investigaciones (Pew Research Center, 2014; PWC et alia, 2014). La otra mitad de la muestra se compone de estudiantes de 21 a 24 años, también estudiantes de grado o grados del ámbito de la comunicación.

4. LA GENERACIÓN DIGITAL

La “Net generation” (Oblinger y Oblinger, 2005), generación ND (Nacido Digital), generación C -“Creatividad, Contenido, Compartir”- (Búa, 2010), Echo Boomers (OMD, 2012), o, más comúnmente denominada, generación Y o Millennials, está constituida en España por más de ocho millones de jóvenes, nacidos entre los años ochenta y la primera mitad de los noventa. Han crecido con la tecnología como parte integral de sus vidas, y su “lengua materna” es el lenguaje digital de los dispositivos electrónicos conectados a Internet. Para ellos, la instantaneidad es intrínseca a la comunicación, que además puede y “debe” ser multitarea, porque ellos consideran que lo son. Ellos pueden hacer varias cosas a la vez, todo es aquí, y ahora, a la máxima velocidad. Con este perfil, las nuevas herramientas tecnológicas de que disponen se convierten en un elemento fundamental en sus vidas: redes sociales, blogs, foros, plataformas de vídeo, etc. son un medio enfocado al entretenimiento, que les permite comunicarse con los suyos, y decidir qué quieren compartir de sus bienes (música, vídeos, etc.) y conocimiento con los demás.
En este sentido, algunos datos reveladores ponen de manifiesto que el 97% de los internautas comprendidos entre los 14 y los 17 años son habituales de las redes sociales. El 83% de ellos, además, se conecta a las redes a través de los dispositivos móviles. Aunque entre los más jóvenes, Facebook también es la plataforma más conocida y utilizada –como señalan Túñez y Sixto (2012), es la segunda página web más visitada, y casi el 90% de los usuarios de redes sociales tienen perfil en ella-, su red social favorita es Facebook, según el estudio del IAB (VI Estudio Anual de Redes Sociales IAB-Elogia, 2015). De hecho, el 78% de los jóvenes entre 16 y 25 años tienen una cuenta en la red española, dato seguido muy de cerca por el uso de Youtube (The Cocktail Analysis, 2015). En su uso de dichas redes, los jóvenes simultanean esta actividad con otras tareas como escuchar música (82%), ver la televisión (47%), estudiar (35%), y otras como realizar trabajos de clase con baja implicación, ver películas o series en Internet, o hacer diversas tareas del hogar (11%) (Monge y Olabarri, 2011).
De acuerdo con el Estudio de Consumo de Medios en Europa de la Asociación Europea de Publicidad Interactiva (EIAA, 2010), los jóvenes pasan una media de 14,6 horas semanales navegando en la red frente a las 12 horas dedicadas a la televisión, y son los principales navegantes en Internet a través de dispositivos móviles, pues dedican casi 6,4 horas semanales a conectarse a través de estos dispositivos. De hecho, puede hablarse de un fenómeno de nomofobia o miedo irracional a no disponer del teléfono móvil, que genera ansiedad e incluso ataques de pánico, y que en España afecta de forma grave al ocho por ciento de los universitarios (Villar, 2012)
Estos jóvenes son decisores de las compras que se producen en sus unidades familiares, especialmente en productos vinculados con la tecnología, pues son auténticos tecnoadictos que poseen ordenador propio en el 92% de los casos, y en el 97% tienen teléfono móvil. (OMD, 2012).
La relación entre los jóvenes y los entornos interactivos está suscitando un creciente interés tanto en el mundo académico como en el profesional, pues los jóvenes son un público atractivo desde un punto de vista comercial, y plantean un importante reto a sus educadores (padres, docentes, medios de comunicación incluso) sobre cómo acceder a ellos a pesar de la brecha digital existente entre una generación y otra respecto de los canales y códigos de comunicación entre ellos (Alonso y Bartolomé, 2011; Rodríguez y Santamaría, 2012)
Para esta generación, la comunicación debe basarse en mensajes instantáneos, rápidos, simples, altamente gráficos o visuales, que les permitan ejercer varias actividades a la vez, y cambiar de procesos con una gran rapidez. Así, desean disponer de información accesible, rápida y gráfica, pues su aprendizaje vital se ha producido entre pantallas (Alonso y Bartolomé, 2011). Para Colás, González y Pablos (2013), los jóvenes cada vez con mayor frecuencia se expresan preferentemente a través de sistemas de comunicación virtual, y priorizan estas formas de comunicación respecto a las tradicionales, basadas en el contacto personal.

5. EL EEES, DOCENCIA Y TECNOLOGÍA

El EEES es ya una realidad que debe depararnos, como pronosticaba Caldevilla (2009), mejores ciudadanos, mejores profesionales y mejores profesores. Un aspecto importante en la adaptación al EEES supone el cambio de un modelo basado netamente en la enseñanza, a otro basado en el aprendizaje. No se trata simplemente de que el estudiante adquiera una serie de conocimientos, sino de que sea capaz de “aprender a aprender”, de manera autónoma, del mismo modo en que va a ocurrirle a lo largo de su carrera profesional, para adaptarse a nuevos y cambiantes modelos de negocio (Alonso y López, 2007).
Esta transformación, que implica un papel más activo del estudiante, y que lo convierte en el centro del proceso educativo, no supone un mero trabajo aislado e independiente del alumno, liberando así al profesor de determinadas tareas más o menos atractivas para él (corrección de trabajos y exámenes, impartición de clases, atención tutorial…). Por el contrario, esta metodología supone un incremento del trabajo del docente, que debe desarrollar nuevos métodos de evaluación, preparar materiales específicos para las nuevas plataformas de trabajo (Alonso y Bartolomé, 2011), y muy especialmente, incrementar la labor tutorial para ayudar a los estudiantes a afinar su competencia para buscar, seleccionar y evaluar críticamente la información (Peña, 2008).
Si el alumno tradicional ha mostrado siempre una actitud reactiva y de poca implicación en su propio proceso formativo, el estudiante actual, con la base cultural y educativa con la que accede a los estudios superiores, se puede chocar con el nuevo modelo (Bautista, Borges y Forés, 2006). García (2009) considera que el aprendizaje de los estudiantes en este nuevo modelo puede favorecer una educación para toda la vida, pero requiere de un compromiso evidente de alumnos responsables, motivados, colaboradores y estratégicos.
En su adaptación al nuevo modelo educativo y las necesidades de una sociedad basada en la Información y el Conocimiento, el sistema educativo español ha apostado por incorporar las nuevas tecnologías, tanto a la práctica docente, como a la gestión y a la investigación. En el 2009, por ejemplo, había un promedio por universidad de 670 ordenadores de libre acceso, lo que supone una media de 0,057 por cada estudiante (un 11% más que el año anterior). En dicho año, un 92,5% de los alumnos utilizaban la plataforma institucional de apoyo a la docencia instalada en su centro. En el caso de los profesores, este porcentaje se situaba en el 71,8%. Hay que tener en cuenta que en 2006 tan sólo el 60% del alumnado empleaba estas herramientas. (Marín y Armentia, 2009).
Para ilustrar más claramente este proceso, en primer término, conviene definir qué entendemos por dichas “ya no tan nuevas” tecnologías, o tecnologías de la información y la comunicación, comúnmente denominadas TICs. Las TICs son un conjunto de procesos y productos derivados de las nuevas herramientas (hardware y software), soportes de la información y canales de comunicación, relacionados con el almacenamiento, procesamiento y transmisión digitalizados de la información de forma rápida y en grandes cantidades (González et alia, 1996). La innovación tecnológica en materia de TICs ha permitido la creación de nuevos entornos comunicativos y expresivos que abren la posibilidad de desarrollar nuevas experiencias formativas, expresivas y educativas, posibilitando la realización de diferentes actividades no imaginables hasta hace poco tiempo (Ferro, Martínez y Otero, 2009). La irrupción de las tecnologías digitales ha transformado dramáticamente la lectura, la escritura y todas las formas de comunicación, en un proceso quizás solo comparable a la invención de la imprenta (Grafton, 2007).
Así pues, el uso de Internet mediante páginas web personales, intranet de las universidades, páginas y portales con temas afines a las asignaturas, redes sociales generalistas y especializadas, etc. son sólo algunas de las aplicaciones de las TICs en la docencia. Y del mismo modo, los estudiantes acuden a dichas tecnologías atraídos por la facilidad de uso que para ellos suponen, la relación que establecen entre tecnología y ocio, y la cantidad de información disponible gracias al uso de dispositivos conectados a Internet.

6. VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL USO DE DISPOSITIVOS Y RECURSOS ELECTRÓNICOS EN EL AULA

Y es que el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, trae un número razonable de ventajas y avances, pero también implica un conjunto de dificultades e inconvenientes a los que los docentes debemos buscar solución.
Para Cabero y Gisbert (2005), se pone a disposición de los alumnos un amplio volumen de información, fácilmente actualizable, y de acceso flexible en el espacio y el tiempo, que permite la deslocalización del conocimiento, incrementa la autonomía del estudiante, propicia una formación just in time y just for me, ofrece diferentes herramientas de comunicación sincrónica y asincrónica para estudiantes y profesores, favorece la formación multimedia, grupal, colaborativa e interactiva, que ahorra costes y desplazamientos y que además, permite dejar en los servidores constancia de la actividad de los alumnos.
Para Wang, Hwang y Fesenmaier (2009), las ventajas del uso de dichos medios, apoyados en Internet, pueden resumirse en la velocidad y efectividad de la comunicación realizada, la interactividad que proporcionan, la capacidad para extender los mensajes a modo de una comunicación boca-oreja entre los usuarios y a la vez la posibilidad de lograr un mensaje unificado para todos, la creatividad que ofrecen en la construcción de los mensajes, y la capacidad para crear relaciones a largo plazo con un bajo coste entre los distintos públicos.
López Méndez (2009) apunta que los estudiantes podrán adquirir una serie de capacidades utilizando estas herramientas tecnológicas, como por ejemplo, aprender a buscar, seleccionar y analizar información en Internet con un propósito determinado; adquirir las competencias y habilidades de manejo de las distintas herramientas y recursos tecnológicos; cumplimentar y realizar distintas tareas de aprendizaje; comunicarse y trabajar colaborativamente a distancia empleando recursos de Internet: foros, wikis, blogs, chats, transferencia de ficheros, o correos; redactar textos escritos; expresarse y difundir sus ideas y trabajos empleando distintas formas y recursos; resolver ejercicios en línea; elaborar presentaciones multimedia, así como desarrollar proyectos de trabajos en la web y dejarlos expuestos al público.
El uso de las TICs mejora también la comunicación entre los distintos agentes del proceso enseñanza-aprendizaje, en el sentido de que la enseñanza pueda ser más personalizada (Marqués, 2001). Un mismo docente puede desarrollar estrategias distintas con diferentes estudiantes de un mismo grupo. Por ejemplo, cualquier alumno puede plantear una duda, enviar un trabajo, realizar una consulta, pedir apoyo o solicitar trabajo adicional a su docente, en función de su interés, capacidad e implicación con la asignatura. Así, se puede elevar el interés y la motivación de los estudiantes y mejorar la eficacia educativa, gracias a las nuevas herramientas disponibles.
El uso de las TICs permite un acceso rápido a la información y posibilidad de interactuar con ella, tanto para docentes como estudiantes, reduciendo así el grado de obsolescencia de la información, y utilizando de forma más eficiente las distintas fuentes al alcance de todos (Lara y Duart, 2005). Además, permite al docente crear actividades complementarias de apoyo al aprendizaje gracias a los múltiples recursos a los que se puede acceder en línea.
Sin embargo, el uso de dichas tecnologías incorpora no pocos inconvenientes. Los jóvenes manifiestan que les cuesta concentrarse antes de iniciar trabajos, que sienten ansiedad cuando ven alertas en sus dispositivos indicando notificaciones que no pueden contestar inmediatamente, que su ortografía y redacción se han visto perjudicadas por la velocidad que exige la respuesta en los chats de los dispositivos y que sus usos académicos no trascienden la consulta de información en buscadores y envío de archivos (Arroyave, 2013).
La gravedad de este dato es patente si tenemos en cuenta que la producción escrita sigue siendo uno de los criterios fundamentales para evaluar el desempeño de los estudiantes (y en su futuro profesional, en muchos casos). No solo en tanto en cuanto la escritura le permite tomar conciencia de su proceso de aprendizaje y construcción de significados y exploración de ideas (Wells, 2001), sino además porque las exigencias propias de una escritura científica le obligan a pensar de manera más rigurosa. El dominio de la lectura y la escritura es determinante, y desde el ámbito educativo se considera que se han de desarrollar con un alto grado de competencia las destrezas y/ o habilidades comunicativas, denominadas “las cuatro destrezas”: la comprensión oral mediante la escucha, la expresión oral, la comprensión de la escritura, y la expresión escrita (Ramírez, 2002). En este sentido, baste recordar que tristemente España se sitúa por debajo de la media de la OCDE en lectura, y de hecho, se ha instado al gobierno a mejorar el nivel de destreza en la expresión oral de los estudiantes, así como la competencia lingüística en comprensión oral, pues esta es una diferencia significativa del sistema educativo español frente a otros más exitosos como el finlandés (Europa Press, 2013).
Son muchos estudios los que han abordado las cuestiones vinculadas al “contenido” en este nuevo entorno. Específicamente, se ha escrito mucho sobre el papel preponderante de las redes sociales, al considerar que tienen mucho que ver con las nuevas metodologías activas y participativas del Espacio Europeo de Educación Superior, en cuanto a su capacidad para el intercambio y desarrollo del conocimiento, especialmente en lo concerniente al trabajo colaborativo, lo que incrementa la motivación; favorece mayores niveles de rendimiento académico, puesto que el aprendizaje individual y el grupal se retroalimentan; mejora la retención de lo aprendido; potencia el pensamiento crítico y multiplica la diversidad de los conocimientos y las experiencias que se adquieren, y facilita la organización de actividades grupales (Espuny et alia, 2011; Martín-Moreno, 2004; Cenich y Santos, 2005).
Sin embargo, Garrigós (2010) señala que apenas el 25% de los estudiantes consideran que el uso de redes sociales les ha ayudado a mejorar el trabajo en equipo. Para Caldevilla (2010), las redes sociales contribuyen a dispersar la atención, ralentizar la comunicación por la acción multitarea de emisor y receptor, reducir la productividad, empobrecer la calidad del lenguaje, fomentar la suplantación de identidad y plagio, generar adicciones o fomentar el aislacionismo. A pesar de que los estudiantes aseguran que el uso de las redes no interfiere con sus resultados académicos, diversos estudios demuestran lo contrario, dependiendo altamente de la capacidad del alumno para ser ciertamente multitarea y su interés por los estudios (Rouis, 2012).
También investigaciones previas han tratado el tema de los dispositivos desde los que los estudiantes se conectan a Internet. Varios estudios realizado entre adolescentes españoles (Sánchez-Martínez & Otero, 2009; López-Fernández, Honrubia y Freixa, 2012) demostraron que el uso intensivo del teléfono celular se asoció con el consumo excesivo de alcohol y tabaco, la depresión y el fracaso escolar (García y Fabila, 2014). Otros fenómenos asociados al uso de dispositivos electrónicos móviles como tabletas y teléfonos celulares son aquellos como el ciberbullying o el sexting (Pew Research Center 2010).
Otros estudios han analizado el papel de los ordenadores portátiles en las aulas. Así, Hembrooke & Gay (2003) comprobaron cómo, pese a que los dispositivos permitían coger apuntes más rápido o acceder más rápidamente a materiales colgados online relacionados con el curso, e incluso en algunos casos, fomentaban la interacción del alumno con el profesor y con el resto de la clase, los estudiantes que acudían al aula con ordenador portátil recordaban menos contenido de la clase al fin de la misma que aquellos que no emplearon su ordenador durante la misma.
Rockmore (2014), docente en Dartmouth, señala que, a pesar de haber establecido en el programa de su asignatura una normativa o “etiqueta” sobre cuándo, cómo y de qué forma utilizar dichos dispositivos en el aula, la ventaja de la comodidad para tomar apuntes –ventaja que él veía clara- fue superada por la desventaja del número de estudiantes que se distraía realizando otras tareas. Asimismo, la toma de apuntes mediante el ordenador se convierte en una actividad que requiere mucha menor concentración que la misma realizada en papel, por lo que la fijación de conocimientos es menor, como se ha demostrado en un reciente estudio de Mueller y Oppenheimer (2014), profesores de Princeton y UCLA respectivamente.
Gross (2014), profesor de posgrado en la Universidad de Columbia, añade además que la razón fundamental para prohibir el uso de dispositivos electrónicos en el aula no es tanto la distracción del usuario, que al final es problema solo para él, sino la que genera en los estudiantes a su alrededor. Green (2016), profesor en Rutgers Law School, ha prohibido recientemente también el uso de dispositivos electrónicos en sus clases, al considerar que la toma de apuntes mediante computadora implicaba un ejercicio de mera copia textual frente a la necesidad de síntesis a la que obliga la toma de apuntes a mano, y muy especialmente al contrastar la incapacidad de los estudiantes para concentrarse al cien por cien en una tarea, en un debate, en un trabajo, etc. cuando contaban con acceso a dispositivos electrónicos (circunstancia que decidió comprobar a raíz de “pillar” a un estudiante viendo en streaming un partido de hockey en su clase).
Se habla de un trabajo multitarea o multitasking cuando nos referimos a la realización de al menos dos tareas al mismo tiempo (Benbunan-Fich y Truman, 2009). Podría considerarse que en este nuevo entorno, el estudiante se convierte en multitarea por necesidad e imperativo del sistema, y que se puede realizar una labor de forma efectiva y exitosa estando en el aula prestando atención al docente, y a la vez trabajando con el ordenador, buscando información, o simplemente revisando el correo. Sin embargo, son numerosos los estudios que indican que los estudiantes que llevan su ordenador al aula acaban comprometidos en una suerte de trabajo multitarea que les obliga a cambiar constantemente su atención de las tareas que se desarrollan en el aula a las que ellos están realizando en su ordenador, frecuentemente ajenas y distintas de las primeras (Kraushaar y Novak, 2010). Aunque muchos estudiantes creen que son perfectamente capaces de desarrollar esa labor, la idea del estudiante o trabajador multitarea se ha demostrado como errónea para alcanzar una excelencia académica, pues se incrementa el número de errores y malas pasadas que la memoria puede jugarnos (Rubenstein, Meyes y evans, 2001), al mismo tiempo que la falta de concentración hace con menor tiempo y esfuerzo dedicados a asimilar un conocimiento, este no se fije adecuadamente, y sea incluso más difícil aplicarlo a otras situaciones (Foerde, Knowlton y Poldrack, 2006) Texto normal, texto normal, texto normal, texto normal, texto normal, texto normal, texto normal, texto normal, texto normal...

7. DISCUSIÓN

Esta primera encuesta nos ha ofrecido resultados reveladores y nos ha dado pistas interesantes sobre las que seguir desarrollando la línea de investigación planteando un cuestionario más amplio y sobre una muestra mayor.
El 57% de los estudiantes aseguró utilizar siempre ordenador portátil, tableta o algún tipo de dispositivo electrónico en el aula. Sumada a esta cifra el 30% que respondió “habitualmente”, apenas queda un 13% que opte por el método tradicional del papel y el bolígrafo. Asimismo, la mitad de ellos afirmó usar siempre su propio dispositivo, unido al 43% que manifestó utilizar su propio dispositivo siempre, excepto en aquellas materias del grado donde la propia facultad, por las exigencias de la asignatura, les provee del ordenador y software requeridos.
En cuanto a la razón por la que los estudiantes vienen a clase equipados con su propio portátil o tableta, el 87% esgrime que dichos dispositivos son necesarios para tomar apuntes. El 40% de los encuestados indicó, además, que así podían realizar trabajos y prácticas en los descansos y a la salida de las clases. Asimismo, el 20% reconoció que preferían ir a clase con su ordenador para poder “desconectar” de las actividades desarrolladas en las aulas cuando las clases les parecían aburridas.
El hecho de disponer de un dispositivo electrónico no es, a priori, el motivo fundamental para la distracción. El 47% por ciento de los estudiantes afirma no haber utilizado nunca un ordenador para propósitos o tareas distintos de los propuestos por el docente para la clase, si el ordenador era de la universidad. Sin embargo, cuando los estudiantes traen sus propios dispositivos, esta cifra cae en picado, y todos reconocen haber utilizado su propio ordenador o tableta para tareas ajenas a la actividad académica. Entre ellas, algunas que pueden considerarse de utilidad, como buscar datos o curiosidades en relación con lo que se estaba comentando en el aula (el 67% con su propio ordenador, pero esta cifra baja a la mitad de los estudiantes encuestados cuando el dispositivo pertenece a la universidad), pero la mayoría han desconectado de la actividad del seminario o clase magistral para realizar tareas pendientes de esa u otra asignatura (66% con su propio ordenador, 3% cuando utilizan el de la universidad), revisar el correo de la universidad (56% y 13%), revisar su correo personal (70% y 17%), revisar sus perfiles en redes sociales (77% y 13%), ordenar o revisar documentos como imágenes o vídeos (43 y 10%), leer la prensa online (50% y 13%), visitar tiendas online e incluso realizar compras (30% y 3% ), comunicarse con otro estudiante presente en el aula mediante sistemas de mensajería (40% y 7%), comunicarse con personas que no estaban en el aula (43% y 7%) o ver vídeos de larga duración como películas, conciertos, partidos, series, etc. (20% con su propio ordenador, ninguno con los de la universidad).
A pesar de esta aparente dispersión, preocupantemente, los estudiantes consideran que su uso de estos dispositivos es “mínimo” (40%), y el 6% considera que solo lo hace “en situaciones de emergencia” (definidas como tales situaciones del tipo “no he tenido tiempo de terminar un trabajo que debo entregar en la siguiente clase”). El 40% de los encuestados reconoce que desconecta de la clase “con frecuencia”, y el 10% confiesa que muy a menudo pasan clases enteras distraídos con su ordenador o tableta y haciendo caso omiso de lo que está teniendo lugar en el aula.
Siguiendo con las impresiones de los estudiantes, es llamativo el análisis de las respuestas obtenidas. Como ventajas del uso de dispositivos electrónicos en el aula, los estudiantes consideran que son más eficientes en la toma de apuntes, así lo manifiesta el 53% que está muy de acuerdo con esta afirmación, y el 30% que está “bastante de acuerdo”. Incluso en mayor medida, opinan que gracias al uso de dichos dispositivos, es más fácil acceder a documentos y materiales de trabajo que les ofrecen sus docentes (73% muy de acuerdo, 20% bastante). La mayoría no cree que los ordenadores o tabletas les distraiga cuando realizan trabajos en equipo (73% en desacuerdo), o que tomando apuntes con ordenador retengan menos información que haciéndolo a mano (33% muy en desacuerdo y 17% en desacuerdo, aunque otro tercio de los estudiantes no lo tienen claro y el 17% piensa que sí se retiene menos que con los apuntes en papel “de toda la vida”). Tampoco creen, o al menos no lo confiesan, que el uso de dichos dispositivos influya en el incremento del plagio en los trabajos y prácticas, a pesar de la facilidad para copiar y pegar directamente desde una página web hasta su documento.
No obstante, más de la mitad reconoce que disponer de ordenador en el aula hace que sea “muy tentador” distraerse en clase, y el 30% reconoce que los dispositivos digitales les facilitan la asistencia a clase, pues pueden estar físicamente presentes en asignaturas que consideran aburridas, pero mentalmente ausentes gracias a la distracción y entretenimiento que obtienen de su portátil o tableta, e incluso casi uno de cada cinco estudiantes reconoce que en algún momento se le ha recriminado su conducta al ser “pillado” por un profesor en el aula realizando tareas ajenas a las de la clase. Asimismo, uno de los datos más preocupantes es el que refleja que uno de cada dos estudiantes considera que ya no necesita preocuparse de la ortografía, porque “ya se encarga de ello el corrector”.

8. CONCLUSIONES

Los estudiantes universitarios actuales, pertenecientes a la denominada Generación Y o Millennials, son una generación nacida y desarrollada en un mundo digital. Ello implica que la forma en que se comunican y aprenden dista en gran medida de la que hemos vivido las generaciones anteriores.
Los docentes universitarios hemos tratado de salvar las diferencias de canales, códigos y contextos preferidos para la comunicación, adaptándonos a los requerimientos de los alumnos, y asimismo, tratando de integrar las Tecnologías de la Información y Comunicación en nuestro día a día. No cabe duda de que este proceso nos puede ayudar a acercarnos a los objetivos del EEES, formando a una generación preparada para seguir aprendiendo a lo largo de toda su vida.
Sin embargo, en este proceso, parece haberse olvidado a un actor fundamental: el estudiante. Si tradicionalmente este es reactivo a muchos de los procesos y métodos docentes, el uso de los dispositivos y recursos que la tecnología nos brinda, a pesar de traer ventajas evidentes, puede incrementar la brecha entre estudiantes motivados y aquellos menos interesados en sacar el máximo provecho de su etapa universitaria.
Son ya diversos los estudios que señalan que el uso de dispositivos electrónicos en el aula fomenta determinados riesgos y genera desventajas claras en el proceso de aprendizaje entre los estudiantes actuales y los anteriores. En el estudio realizado entre alumnos de grados en Comunicación, se pone de manifiesto que el uso de dichos dispositivos ofrece ventajas fundamentales como una toma de apuntes más eficiente (y a su juicio, no menos eficaz), un acceso más rápido a informaciones complementarias respecto de las recibidas en el aula, y un mejor contacto con los docentes. No obstante, es también un porcentaje preocupante el de los estudiantes que reconocen que el uso de dichos dispositivos fomenta la “tentación” de permanecer en el aula ajenos a los temas tratados en la misma – de hecho reconocen haber empleado dichos dispositivos para tareas como consultar su correo electrónico, sus perfiles de redes sociales, visitar tiendas online e incluso ver vídeos durante las clases- y asimismo el de alumnos que consideran que la ortografía es algo de lo que no hay que preocuparse puesto que ya existe un correctos ortográfico en su procesador de textos.
La “democratización del saber” que traen las tecnologías de la información y la comunicación es, en una parte importante, engañosa. Hay un conocimiento que requiere de determinados procedimientos para ser transmitido, y el docente sabe cómo hacerlo del mejor modo posible. Sin embargo, mucha información alrededor de este conocimiento puede estar disponible en la red, en forma accesible para los estudiantes en la propia aula. Así, se pierde la capacidad crítica para comparar la validez de unas fuentes informativas frente a otras, y no importa perder la explicación del docente si Slideshare, el Rincón del vago o Youtube puede ofrecerles información sobre la misma temática.
El acceso a una información de forma simultánea a otras tareas puede influir en la capacidad de fijar los conocimientos adquiridos. Si el alumno no tiene conciencia de la importancia del correcto uso del lenguaje escrito, o la capacidad de análisis y síntesis de la información, puede enfrentarse a graves problemas, no solo en su proceso formativo, sino también en su futuro profesional.
Los primeros datos obtenidos en este estudio nos invitan a profundizar en el conocimiento de los riesgos que el uso de recursos y dispositivos tecnológicos implican para los estudiantes. Conocer la opinión de docentes y empleadores puede ser asimismo un próximo paso fundamental.

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APÉNDICE

Preguntas del cuestionario relacionadas con el uso de dispositivos electrónicos en el aula.

¿Utilizas ordenador o tableta durante las clases?
Siempre
Habitualmente
Ocasionalmente
Casi nunca
Nunca

Cuando utilizas ordenador o tableta en las clases, indica por favor cuál de las siguientes situaciones te identifica más:
Utilizo mi propio ordenador o tableta siempre
Utilizo mi propio ordenador o tableta salvo en materias donde disponemos de dispositivos de la universidad
Utilizo dispositivos que pertenecen a la universidad aunque en alguna ocasión he traído el mío propio
Utilizo dispositivos solo cuando me los brinda la universidad
Nunca utilizo dispositivos electrónicos en el aula

Indica cuáles de las siguientes son tus motivaciones para utilizar ordenador o tableta en las clases:
Utilizo el ordenador o tableta porque es imprescindible para el seguimiento de una asignatura (por ejemplo, porque utilizamos un software específico)

Utilizo dispositivos electrónicos para tomar apuntes
Utilizo dispositivos electrónicos para realizar trabajos en los descansos entre clases o a la salida de las mismas
Utilizo dispositivos electrónicos en el aula porque me permiten “desconectar” a ratos cuando me aburro en clase

Indica por favor si has empleado TU PROPIO ORDENADOR O TABLETA para propósitos diferentes de los solicitados en la clase:
Nunca he utilizado un ordenador o tableta para tareas que no fueran de clase durante el horario de las mismas
He buscado en el ordenador o tableta información relacionada con lo que se estaba comentando en clase
He aprovechado para realizar tareas de esa u otras asignaturas
He aprovechado para revisar el correo de la universidad
He aprovechado para revisar mi correo personal
He consultado mis perfiles en redes sociales
He aprovechado para realizar tareas personales como ordenar documentos, buscar información...
He navegado en internet para leer prensa online, blogs u otros formatos informativos
He navegado en Internet para visitar tiendas o páginas de diversas marcas
Me he comunicado con personas que estaban en el aula e igualmente conectadas
Me he comunicado con personas que no estaban en el aula
He aprovechado para acceder a contenido audiovisual de larga duración como vídeos, películas, series, deportes, conciertos, música, otros contenidos en streaming, etc

Por favor, indícanos ahora, cuando utilizas el ordenador QUE TE FACILITAN en el aula, ¿lo has empleado alguna vez para propósitos diferentes del uso que solicitaba el profesor?
Nunca he utilizado un ordenador de la universidad para tareas que no fueran de clase
He buscado en el ordenador o tableta información relacionada con lo que se estaba comentando en clase
He aprovechado para realizar tareas de esa u otras asignaturas
He aprovechado para revisar el correo de la universidad
He aprovechado para revisar mi correo personal
He consultado mis perfiles en redes sociales
He aprovechado para realizar tareas personales como ordenar documentos, buscar información...
He navegado en internet para leer prensa online, blogs u otros formatos informativos
He navegado en Internet para visitar tiendas o páginas de diversas marcas
Me he comunicado con personas que estaban en el aula e igualmente conectadas
Me he comunicado con personas que no estaban en el aula
He aprovechado para acceder a contenido audiovisual de larga duración como vídeos, películas, series, deportes, conciertos, música, otros contenidos en streaming, etc

En general, y para la mayor parte de asignaturas, consideras que el uso que haces del ordenador o tableta en el aula para tareas distintas de las que corresponden a esa clase es... (elige la opción con la que estés más de acuerdo)
Nunca utilizo ordenador o tableta para tareas distintas de las propuestas en el aula
El uso es mínimo (por ejemplo, mientras el profesor reparte un ejercicio o abre un documento en su ordenador)
Solo lo he hecho en casos de urgencia, por ejemplo si a la siguiente hora tenía que entregar un trabajo que no había tenido tiempo de hacer
Suelo hacerlo con frecuencia para desconectar en algunos momentos de la clase
Suelo hacerlo con frecuencia para desconectar en algunos momentos de la clase, y muy a menudo acabo pasando la clase entera distraíd@ con mi ordenador

Para terminar, por favor, indícanos si estás de acuerdo con las siguientes afirmaciones: (Muy de acuerdo, bastante de acuerdo, ni de acuerdo ni en desacuerdo, en desacuerdo, muy en desacuerdo)
El uso del ordenador o tableta en el aula me ayuda a seguir mejor las clases y ser más eficiente cogiendo apuntes
Gracias al uso del ordenador o tableta en el aula suelo acceder rápidamente a material que nos facilita el profesor, o a noticias e informaciones vinculadas con lo que trabajamos en el aula
El uso del ordenador o tableta hace que me distraiga con más frecuencia, es muy tentador
Alguna vez me han llamado la atención por utilizar el ordenador o tableta para un propósito distinto del de la clase
Gracias al ordenador o tableta puedo estar presente incluso en clases que son muy aburridas pero haciendo lo que me gusta
El uso de ordenador o tableta hace que aproveche peor los ratos de trabajo en equipo porque al final nos acabamos distrayendo con otros temas
El uso de ordenador o tableta hace que retenga peor los conocimientos que cuando tengo que copiar a mano
El uso de ordenador o tableta hace que tienda a copiar y pegar mucha información obtenida de Internet en mis trabajos
El uso de ordenador o tableta hace que no me preocupe por la ortografía porque ya se encarga de ello el corrector